Si me pusiera a amontonar recuerdos e hiciera una maleta con ellos, gran parte de mi equipaje de vida ha ocurrido en bares, terrazas, cafés con la historia grabada en sus mesas de madera, pubs que cambian de música al ritmo del cambio de modas y cafés que no se parecían a los cafés de aquí. Lugares a los que he acudido por el simple placer de bailar o a tratar de tararear canciones con letras inventadas. Allí aprendí a malbeber, a disimular los malos días entre risas y caretas maquilladas en lavabos sin limpiar. Me han servido de lugar de encuentro, han acogido mis reencuentros y me han aguantado mis desencuentros.
Cuántas tardes de terraza, cerveza y charla! Cuántas tardes convertidas en madrugada sin mirar el reloj! Cuántos desayunos de libro y diario a solas con mis emociones! Cuánta vida desperdigada por barras y sillones ...
Y la vida sigue. Y quedan muchos bares por conocer, tantos como encuentros, reencuentros y espero que pocos desencuentros.
En este camino estoy justo ahora ... parada en medio del tumulto, pensando y sintiendo, llenado la maleta de vida con más momentos. De la mano de mi amiga del alma Ros Vima, vamos a documentar un año de nuestro paso, y del de las mujeres en general, por esos bares, terrazas o cafés que se cuelan en nuestra historia.
¿Nos acompañáis?
Hay proyectos que enganchan, y hay "Mujeres y bares". Empezamos ...
(... ...)
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