Francisca y Nufla siempre sintieron especial afinidad entre ellas. Las unían detalles tan importantes como el mismo gusto al elegir esmalte de uñas, lápiz labial o marca de whisky para rellenar la petaca.
Francisca
La menor de las cuatro hermanas siempre aparentó ser la más sensata y discreta. Detrás de una imagen de niña tímida y modosita las ha liado pardas. Vendería su alma al diablo y a sus hermanas a un chatarrero. Obsesionada con encontrar su príncipe azul, contrajo recientemente nupcias en medio de un bodorrio de esos en los que los invitados tienen que empeñar la alianza para alquilar el esmoquin. Nada se interpone en el camino de la "dulce Francisca".
Ella siempre sonríe, eso la define. Lo que poca gente sabe es que tras esa sonrisa guarda un "sí, sí, fiaros de mí ... que yo seré quien herede Torote"
Nufla
La siguiente hermana en orden ascendente es Nufla. ¡Qué carácter!
Ni el nombre le gusta. Siempre poniendo pegas a todo. ¿Cuándo salimos? ¿Cuándo llegamos? Quiero ver mis fotos. Quiero salir guapa o se acabó el juego. ¡Y qué lenguaje! siempre ofendiendo. Ya de pequeña apuntaba maneras. Su lema, "antes muerta que sencilla".
Nufla tiene aires de grandeza. Ha querido ser cantante, actriz, modelo y una vez incluso quiso comprar un río y desviar su curso, porque el sonido "la molestaba". Eso sí, no tiene un duro. Por eso, a solas, sueña con conseguir ser la heredera de Torote para poder comprarse una discográfica, la "Metro Golden Mayer", un estudio de fotos y el puto río.
Y no parará hasta conseguirlo.
... continuará ...
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