El domingo por la mañana teníamos una cita.
El Despierta de verano.
Una cita con la primera luz del día, con un amanecer colectivo, con nosotros.
Llegamos aún de noche, pero ya se intuía la luz ...
y tú, sin saberlo, mientras te subías a aquella piedra
para que yo pudiera preparar la cámara,
me regalabas la que sería mi foto del Despierta.
y tú, sin saberlo, mientras te subías a aquella piedra
para que yo pudiera preparar la cámara,
me regalabas la que sería mi foto del Despierta.
Tú, tu silueta, tu calma.
Aún así, jugamos. De eso se trataba ... de participar en un juego.
Es fácil volverse niña a tu lado.
¿Saludamos al sol?
¿Bailamos en el agua?
¿Me paseas en brazos?
¿Nos salpicamos?
No preguntes, hazlo.
No imagines, mójate.
Y nos regalamos fotos que sólo nosotros veremos.
El cielo va cambiando de color. Creo que nos está regalando sus mejores galas.
Siempre dije que para vivir intensamente hay que hacerlo descalzo.
Por eso dejamos que el agua nos empape.
No hay frío.
No hay prisa.
Somos.
No ha sido un Despierta cualquiera.
Porque a tu lado, ningún día es un día cualquiera.
Porque a tu lado, ningún día es un día cualquiera.
Gracias a Alvaro Sanz y a su manía de provocarnos, porque, indirectamente, nos regalas horas y momentos así.
#despiertafoto
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